viernes, 2 de septiembre de 2011

Runaway

En el comienzo del día se despereza, ausente.
Como un fantasma recorre los pasillos de su monótona vida.
¿Las ganas? Se las dejó en la cama.
En un sueño en el que podía nadar con los delfines,
volar con los halcones, correr con las gacelas,
amar con la mirada.

- Qué corta es la vida y qué poco la siento.

Se enciende un cigarro que le dura todo el día durante diez minutos.
No fuma, sólo lo enciende.
El humo recorre perezoso sus dedos, su mano y
poco a poco
va nublando su cara con el paso de ese día eterno.

Quizás la solución salga por la ventana.

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