Es el beso de la boca que lo da
o el beso de la boca que lo siente.
Es una actuación temporizada,
un acto heroico en un mundo salvaje
o un capricho del destino.
Es profundo, pensado. Es deseado.
Sale por la noche colonizando
ajenos labios que nadie quiere.
Es apuesta de un mundo cruel,
simpatizante de sentimientos fantasmas.
Muere en la comisura de los labios
con ansiosos deseos de saltar al vacío
y caer en cualquier mirada esclava.
Un contrato vitalíceo de minutos
sin indemnización sentimental atropellada.
Es inspiración de carcajadas
de dientes perfectos y vidas arregladas.
Siente el vacío de su vano acto
cuando salta a otros labios.
Cambia constantemente de morada
excitado por ideales breves y otras esperanzas.
Surge del morbo de pensarlo y crece engañado.
Impulsivo, temerario, arriesga todo de una.
Un recuerdo de días claros
besando unos solos labios
y miles de labios sin importancia acechando.
Es el beso lo que importa cuando ya no importa nada.
Un buen beso cautiva cualquier esperanza de fuga.
ResponderEliminarBonita entrada.