Solíamos acurrucarnos
enfrente de la estufa
como unos pequeños animales
que se refugian del gélido norte.
Y siempre decías
que ésta era mi casa,
tú eras todo mi hogar
y nunca he necesitado más.
Ahora te tengo lejos de aquí
y hasta en el caluroso verano
quisiera acurrucarme junto a ti
para asarnos de calor todo el año.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Esto no se para, esto no ha acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario