domingo, 28 de agosto de 2011

But there you are, you never saw me leave.

- ¿Dónde estás?

- Fui a buscarte a distintos paraísos, donde sólo se pone el sol y el olor del arco iris traspasa suavemente los pulmones. 
Pero también fui a los rincones más oscuros del infierno, donde todo se vuelve tenebroso por los cientos de cabezas cortadas y empaladas a sus puertas que, con sus ojos cristalinos, te avisan de las más horripilantes hazañas.

- ¿Por qué tardabas?

- Por que en todos lados creía verte y no te encontraba. 
Veía señales donde no había mas que azul. 
Olía tu esencia donde nada más que el olor del mar y del puerto se olía. 
Escuchaba tu risa, tan peculiarmente chispeante, donde sólo se oía el silencio del trajín de la ciudad. 
Sentía tu tacto con el simple roce del viento. Tal era mi obsesión por encontrarte que hasta el sabor de la comida me recordaba al de tus labios.

- ¿Y ahora?

- Ahora te he encontrado y no te veo. 
Deambulas por los bosques en busca de un recuerdo pasajero que perdiste en el camino. 
Tu voz está lejana y tiembla a preguntar, cuando antes era comparable a todo un huracán. 
Cuando me acerco, te alejas sin notarlo y sólo alcanzo a rozarte. 
El roce de tu piel cálida despierta pasiones enterradas que se ahogan. 
Me acercan al olor de tu cabello, de tu cuerpo, que sigue ausente, lejano e inalcanzable.

- ¿Cuándo te marchas?

- Tan pronto como mis piernas respondan. 
Y no por que el corazón lo diga, más bien la razón es la culpable. 
Aunque, como ves, mi corazón indica que no quiere marcharse. 
Apenas he llegado y no he podido disfrutarte. 
Se que es el momento de retirarse. 
Sin embargo, ha merecido la pena el viaje.

- En el fondo sabes que yo iré a buscarte.

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